Yolanda Vaccaro en el diario El Mundo: Educación e institucionalidad frente a ideas creativas como las de Evo Morales

Artículo en El Mundo

Educación e institucionalidad frente a ideas creativas como las de Evo Morales
26ABR 2010 09:48
“El pésimo humor negro del presidente boliviano, Evo Morales, al alertar que el consumo de pollos de granja genera homosexualismo y calvicie, rebotó contra sí mismo en la parodia transgénica (por llamarla así) que refleja su régimen como receptor de los más complicados contrabandos políticos e ideológicos, desde el chavismo hasta el marxismo leninismo, pasando por el sindicalismo indígena y el antiimperialismo a la cubana”. Eso es lo que opina Juan Paredes Castro, editor de Política del diario El Comercio de Perú, sobre las palabras del presidente boliviano en torno al consumo de pollo, la homosexualidad y otras variantes. En la inauguración de la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático, realizada en Bolivia, Morales dijo: “el pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”. No quedó allí la cosa. También dijo el presidente que la calvicie “es una enfermedad en Europa por las cosas que comen” y que la Coca Cola sólo sirve para desatascar inodoros.

Los comentarios de Evo Morales pueden tomarse como ofensivos o ser relegados al baúl de lo simplemente jocoso, anecdótico o grotesco. Pero en realidad no deberían ser pasados por alto ya que ponen sobre el tapete la realidad de muchos países entre los que sin duda se encuentran algunos de Latinoamérica: la elección de los gobernantes es muchas veces una ruleta rusa que da como ganador no precisamente a los candidatos más idóneos.

La cuestión no es baladí pues el mero hecho de plantear el debate puede conllevar la necesidad de hablar de la esencia de la democracia. Por mucho que se pueda cuestionar a Evo Morales no se puede negar que fue elegido por el voto popular y directo.

No obstante, tal como señala Paredes Castro, la elección democrática de un líder no puede convertirse en un cheque en blanco girado por el votante.

Han pasado varios días y aún no se sabe a ciencia cierta si lo que dijo Evo Morales sobre los pollos, la homosexualidad y la Coca Cola respondió a su deseo de hacer bromas –de muy mal gusto, en cualquier caso- o si realmente el presidente boliviano cree en las cosas que dijo. Su historial siembra muchas dudas. En ocasiones anteriores regaló otras perlas como cuando, tras el último terremoto que sacudió Chile, declaró, muy serio, que “los terremotos son consecuencias de las políticas neoliberales”. En marzo pasado, asimismo, recomendó a funcionarios de Naciones Unidas masticar hojas de coca para aumentar su inteligencia.

Lo que está en juego

Saber leer y escribir además de ostentar la nacionalidad del país en cuestión son prácticamente los únicos requisitos que se exigen para que cualquiera pueda presentarse como candidato presidencial en la mayor parte de países democráticos.

Con este panorama, por ejemplo, dentro de un año habrá en Perú elecciones generales y a un año vista resulta muy complicado hacer vaticinios con algún viso de certeza. Los peruanos solemos decir que cualquier cosa puede pasar al respecto si echamos un vistazo a la historia más reciente. En 1990 Alberto Fujimori, un ingeniero desconocido apenas un año atrás, ganó las elecciones dejando atrás a Mario Vargas Llosa, mente lúcida y brillante para propios y extraños. Para las elecciones de 2011 aún no se sabe quiénes se presentarán pero, en efecto, cualquier cosa puede pasar. En juego está que el Perú continúe con el crecimiento económico y social o que se vuelva a jugar con el populismo, el despilfarro y el chiste fácil en la línea de Evo Morales.

El antídoto

Resulta desde luego políticamente incorrecto y totalmente rechazable proponer mayores requisitos para ser presidente o congresista. Una vez más todo apunta a que lo que debe ser prioridad es la educación, único arma con la que cualquier pueblo puede contar para poder discernir entre candidatos aunque sea mínimamente. Y una vez más todo apunta a que en Latinoamérica sigue siendo una asignatura pendiente trabajar con la institucionalidad de los partidos políticos.

En países como España los requisitos para ser Jefe del Ejecutivo son prácticamente los mismos que en la mayor parte de los países latinoamericanos pero difícilmente alguien carente de un mínimo de formación y criterio podría llegar a encabezar un Gobierno pues los partidos políticos, con todas sus falencias, funcionan como tales y en ellos suelen competir en cabeza sino los mejores sí al menos personas con credenciales educativas y democráticas.

Educación y fortalecimiento de las instituciones, sobre todo de los partidos políticos, son los mejores antídotos para luchar contra la amenaza de la proliferación de gobernantes que cualquier día nos sorprenden –o nos irritan- con ideas como que la calvicie es una enfermedad o que la homosexualidad es consecuencia de la ingesta de pollo.

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