Yolanda Vaccaro en el Diario El Mundo: La inmigración en las relaciones UE- Latinoamérica

Artículo en El Mundo

La inmigración en las relaciones UE-ALC

YOLANDA VACCARO

La migración no estaba en el guión como tema destacado pero terminó siendo uno de los puntos más comentados en la Cumbre Unión Europea-América Latina Caribe (UE-ALC) celebrada recientemente en Madrid. Lo puso sobre la mesa Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de Argentina, sin ambages: “Argentina fue ejemplo de acogida para españoles, italianos y otros europeos, que encontraron allí un plato de comida…Pido a mis colegas europeos evitar conductas y leyes discriminatorias contra la inmigración”.

Fernández de Kirchner solicitó a sus homólogos europeos “abordar el problema del proteccionismo en todas sus formas”, incluyendo el proteccionismo a los trabajadores autóctonos frente a los derechos de los trabajadores que llegan de fuera y sacan adelante la economía en sectores que, de lo contrario, se deprimirían.

El aporte migrante

Y es que la presidenta argentina evidenció esa doble personalidad que irradian estos encuentros. Casi todo son beneplácitos recíprocos en los planos macroeconómico y comercial pero se repara poco en la realidad de millones de personas. En el marco de la mencionada cita presidencial, por ejemplo, se firmaron Tratados de Libre Comercio (TLC) entre la UE y Perú y Colombia. Es cierto que este tipo de acuerdos benefician a las poblaciones pero sus efectos a veces tardan demasiado en llegar a las capas menos favorecidas de la sociedad. Asimismo a final de cuentas los migrantes también contribuyen con la economía de sus países de origen enviando unas remesas que en muchos casos ayudan de manera fundamental a la economía de millones de familias en los países en desarrollo y colaboran de forma decisiva en el aumento de las divisas de estas naciones. También los migrantes colaboran con la economía de los países en los que viven desempeñando trabajos necesarios para la cadena productiva. Trabajos que, como también recordó la presidente Fernández de Kirchner en la Cumbre de Madrid, en muchos casos desprecian los nacionales de los países ricos en tiempos de bonanza y desarrollan con gusto millones de inmigrantes. Puede sonar esto a lugares comunes pero es que muchas veces este tipo de planteamientos reflejan la realidad pues el mercado aún está muy lejos –no sabemos si alguna vez estará cerca- de regular por sí solo unas condiciones de acceso a las oportunidades verdaderamente homogéneas.

Globalización también para las personas

No estuvo sola en su planteamiento la presidenta argentina. La acompañaron otros presidentes de Latinoamérica–pocos, en realidad- que no intervinieron con discursos en la cumbre pero hablaron en foros paralelos. Rafael Correa, presidente ecuatoriano, manifestó: “Si América Latina hubiera utilizado las mismas políticas cuando recibimos la gran ola migratoria de Europa ¿qué efecto hubiera tenido? Las políticas europeas de inmigración, que criminalizan y penalizan, me parecen una inconsistencia monstruosa, una ingratitud histórica y una doble moral. No sé cómo Europa va a poder explicar a las futuras generaciones que se potenciaba la globalización y se buscaba cada vez mayor movilidad de capitales y mercancías pero a la vez se criminalizaba la principal de las movilidades, la movilidad humana”. Por mucho que podamos criticar muchas de las políticas de presidentes como Correa parece difícil estar en contra de esta idea.

En efecto allí está, por ejemplo, la norma –la llamada Directiva de Retorno- de la UE que permite detener a una persona hasta durante 18 meses sólo por carecer de permiso de residencia. España, precisamente, ha sido uno de los primeros países europeos en llevar a su legislación interna la citada directiva ampliando de 40 a 60 días el plazo máximo de detención de inmigrantes por el mero hecho de carecer de documentos legales de estancia o residencia en España. Si al finalizar el citado plazo no hay deportación los inmigrantes deben ser puestos en libertad. Durante el periodo de detención en España los inmigrantes permanecen en los llamados Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en condiciones criticables.

La necesidad de medidas concretas

En la mencionada cumbre UE-ALC hubo mucho debate sobre cómo encajar la inmigración en la Declaración Final. Finalmente el texto sólo dice que se aspira a “conseguir un conocimiento más adecuado de las realidades de la migración y a fomentar el disfrute efectivo y la protección de los derechos humanos de todos los emigrantes de ambas regiones así como determinar los retos y los ámbitos de interés mutuo que requieren soluciones comunes y una cooperación práctica y concreta sobre cuestiones específicas”. Igualmente habla de las mafias que trafican con seres humanos aunque de forma bastante genérica: “En el contexto de nuestro diálogo deberíamos abordar también medidas para combatir la trata de seres humanos y la introducción ilegal de emigrantes y para ayudar a las víctimas. Manifestamos asimismo nuestra preocupación por todas las prácticas debidas a la intolerancia y los prejuicios raciales”.

Pocas veces se espera que de este tipo de encuentros resulten medidas reales pero la frase dedicada a la inmigración en esta declaración rebosa buena voluntad aunque adolece de una carencia total de enunciados de medidas tangibles.

Es necesario replantear las cumbres presidenciales para que conlleven medidas concretas que beneficien por lo menos a medio plazo a las poblaciones que representan.

Yolanda Vaccaro Alexander
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, es Corresponsal en España del Diario El Comercio de Perú y Consultora de Comunicación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID. Participa en programas sobre Latinoamérica en medios de comunicación y universidades. Asimismo imparte conferencias en entidades como el Banco Mundial. Colabora en foros de debate y reflexión en el ámbito de las relaciones internacionales entre los que se encuentra Safe Democracy.

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