Elecciones en Ecuador: Lenín Moreno y Guillermo Lasso

Elecciones en Ecuador en la Revista El Debate de Hoy. Perfil de Lenin Moreno

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Lenín Moreno y Guillermo Lasso • Ecuador decide su futuro en la segunda vuelta electoral

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. YOLANDA VACCARO 2 ABRIL, 2017

Ecuador elegirá este 2 de abril, en una segunda vuelta de las elecciones, al sucesor de Correa. Los candidatos que llegaron a esta segunda vuelta son Lenín Moreno y Guillermo Lasso.

Lenín Moreno

Lenín Voltaire Moreno Garcés (Orellana, Ecuador, marzo de 1953), el candidato oficialista que ha pasado a la segunda vuelta electoral en Ecuador, es un político atípico. Vicepresidente entre 2007 y 2013 y delfín de Rafael Correa, el actual mandatario, Moreno concita destacable apoyo, incluso entre aquellos que no están convencidos, ni mucho menos, con la gestión del actual presidente (no hay que olvidar que Correa se encuentra demasiado escorado hacia el filochavismo venezolano).

Y es que sobre Moreno, de notable talante cordial, “hay una especie de idealización” en el imaginario colectivo de la ciudadanía ecuatoriana, según palabras de Paulina Recalde, responsable de la encuestadora Perfiles de Opinión. Ganador de las elecciones celebradas el pasado 19 de febrero, con un 39,35% de los votos, a poco más de medio punto para ganar en primera vuelta, Moreno se presenta como el favorito para la segunda vuelta, cita en la que se medirá con Guillermo Lasso, el candidato de la derecha que en la primera vuelta se apuntó un 28,11% de los votos. Obviamente, no todo está dicho, ya que la lideresa de la tercera fuerza política, Cynthia Viteri, con el 16,27% de los votos en primera tanda, ha dicho que apoyará la candidatura de Lasso.

Es inevitable apuntar que Moreno se moviliza en silla de ruedas, a raíz de un balazo que le propinaron en un asalto, en 1998, y que le dañó la médula espinal ocasionándole paraplejia
A diferencia de Correa, Moreno ha cultivado y cosecha una imagen de político amable. Su gestión como vicepresidente se recuerda básicamente porque su cometido principal fue el de lograr la inserción social y económica de las personas con discapacidad. También porque su carácter es conciliador.

Por si fuera poco, es autor de una decena de libros de autoayuda para personas que han sufrido accidentes con secuelas y hasta un manual del humor como terapia y forma de afrontar las vicisitudes de la vida. En 2012, fue nominado al Premio Nobel de la Paz. En su país es famosa su teoría del humor, plasmada en el programa “Sonríe Ecuador, somos gente amable” para impulsar la convivencia pacífica. Sus mayores seguidoras y mejores apoyos son su esposa, con la que lleva cuarenta años casado, y sus tres hijas.

Aunque no debería ser un tema que se mencione de forma destacada, es inevitable apuntar que Moreno se moviliza en silla de ruedas a raíz de un balazo que le propinaron en un asalto, en 1998, y que le dañó la médula espinal ocasionándole paraplejia. Un hecho que ha marcado su vida en todos sus aspectos, motivándole una actitud positiva que se ha plasmado no solo en su obra literaria sino también su trayectoria política.

Después de decidir no acompañar al presidente Correa en la reelección, en 2013 asumió el cargo de Enviado Especial de Naciones Unidas sobre Discapacidad y Accesibilidad, con sede en Ginebra
Licenciado en Administración Pública por la Universidad Central del Ecuador, Moreno fue profesor de educación secundaria, luego fundó y dirigió una empresa de turismo y, posteriormente, la Cámara de Turismo de Ecuador. Tras sufrir el mencionado asalto, se volcó con los temas motivacionales. Así, en su papel de vicepresidente del país, desarrolló varios programas de apoyo para las personas con discapacidad, entre ellos, la misión solidaria Manuela Espejo, el primer diagnóstico de la situación de los discapacitados en Ecuador. Moreno complementó ese programa con el pago de un subsidio mensual de 240 dólares (alrededor de 220 euros) para el cuidado de personas con limitaciones severas, un hito en la sociedad ecuatoriana.

Tras optar por no acompañar al presidente Correa en la reelección, en 2013 asumió el cargo de Enviado Especial de Naciones Unidas sobre Discapacidad y Accesibilidad, con sede en Ginebra. Este cargo, que llenó de orgullo a muchos ecuatorianos, incluso a aquellos distanciados de la política de Correa, ha sido, sin embargo, el punto negro en la carrera de Moreno, tras conocerse que el Gobierno ecuatoriano le paga un sueldo por esta labor.

En el caso de que Moreno llegue a suceder a Correa, no se espera que lidere grandes cambios en las líneas matrices, aunque sí un tono más cordial, por ejemplo, en las relaciones con la prensa, unas relaciones difíciles durante la presidencia de Correa
Luego del anuncio de Correa de no presentarse a una nueva reelección, Moreno renunció a su trabajo en Naciones Unidas y se instaló de nuevo en Quito para encarnar la candidatura oficialista, eligiendo como acompañante en la candidatura a la vicepresidencia a Jorge Glas, el actual vicepresidente. Por si quedaban dudas, se trata a todas luces de una candidatura a la medida del actual jefe del Estado, por más que Moreno haya hecho esfuerzos notables por marcar distancias, al menos en lo que a formas se refiere.

Su programa electoral empieza por prometer diálogo en todos los frentes, así como la creación de 200.000 nuevos puestos de trabajo, en un país con una tasa de desempleo que, aunque oficialmente no llega al 6%, en el ámbito informal se presume mucho más alta y con altos índices de informalidad y subempleo. También se refiere a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores.

Moreno se presenta la segunda vuelta electoral con posibilidades reales de ocupar la planta noble del Palacio de Carondelet
De llegar a suceder a Correa, en cualquier caso, no se espera que Moreno lidere grandes cambios en las líneas matrices, aunque sí un tono más cordial, por ejemplo, en las relaciones con la prensa, unas relaciones marcadamente difíciles durante la presidencia de Correa, un presidente que ha llegado a demandar judicialmente a decenas de periodistas y medios de comunicación.

Con estas premisas, Moreno se presenta a la segunda vuelta electoral, que tendrá lugar el próximo 2 de abril, con posibilidades reales, aunque no cerradas de ocupar la planta noble del Palacio de Carondelet. El hecho de ir a segunda vuelta, eso sí, no ha gustado a su padrino político, el presidente Correa, que en su estilo tradicional ha dicho que, si gana la oposición, “tendrá” que regresar poco menos que a salvar el país, pero ese es otro tema.

Guillermo Lasso

Defensor de la vida, de la libertad de expresión y de la separación de poderes en un país signado por el enfrentamiento del Gobierno con los medios de comunicación y con la independencia de los jueces, Guillermo Alberto Santiago Lasso Mendoza (Guayaquil, noviembre de 1955) es el candidato de la oposición que se enfrentará al oficialista Lenín Moreno en la segunda vuelta electoral, que tendrá lugar en Ecuador el próximo 2 de abril. Con el 28,11% de los votos válidos logrados en la primera vuelta de la contienda electoral, Lasso pasó a la segunda vuelta por detrás de Moreno, pero sus posibilidades pueden aumentar si sigue sumando apoyos. Para empezar, ya ha dicho que lo respaldará la candidata que quedó en tercer lugar, Cynthia Viteri, que obtuvo un 16,27% de los sufragios en primera vuelta.

Es el último de once hermanos, está casado desde 1980 y es padre de cinco hijos. Miembro supernumerario del Opus Dei, está en contra del aborto, aunque acepta las uniones civiles (que no matrimonios) entre personas del mismo sexo.

Con tan solo 22 años fundó su primera empresa. Desde entonces, ha creado y dirigido una decena de entidades privadas
Ante la crisis económica que afectó al país cuando era adolescente, con 16 años tuvo que empezar a trabajar para terminar de pagar sus estudios de educación secundaria. Con 22 años fundó su primera empresa. Desde entonces, ha creado y dirigido una decena de entidades privadas. También ha participado en juntas directivas de entidades como la multinacional Coca Cola y Mavesa, sucursal ecuatoriana de la japonesa automotriz Hino.

Su caso es el del hombre hecho a sí mismo y emprendedor de manual, si bien sus oponentes políticos suelen referirse a él como “exbanquero”, como si de un insulto se tratase. La crisis económica que atravesó su familia le impidió obtener un título universitario, un punto que también critican sus adversarios, pero que para Lasso, según sus palabras, significa un motivo de “orgullo” por haber “aprendido haciendo”. Así, posee un doctorado honoris causa por la Universidad de las Américas, pero no ha tenido problemas en remarcar que ha sido “oficinista, vendedor ambulante de cerámica, vendedor de bingos, de enciclopedias, trabajador en la aduana, emprendedor en el sector inmobiliario y en el campo cívico”.

También cuenta con un bagaje destacable en los sectores público y político. Fue presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil, del que es uno de sus principales accionistas. Ha sido gobernador de la provincia del Guayas (un año, en 1998), ministro de Economía y Energía durante el gobierno de Jamil Mahuad, así como asesor económico y embajador itinerante en el Gobierno de Lucio Gutiérrez. A partir de 2003, como embajador itinerante en el Gobierno de Gutiérrez, se concentró en el establecimiento de tratados comerciales con otros países, especialmente con Estados Unidos.

Cuando fue ministro de Economía de Mahuad, se desató un escándalo financiero conocido como “feriado bancario”, que consistió en el cierre de las entidades bancarias del país y el congelamiento de casi 2.000 millones de dólares de depósitos de ciudadanos
En 1994 fue nombrado presidente ejecutivo del Banco Guayaquil, de titularidad pública, cargo que desempeñó hasta 2012. Simultáneamente, entre 1993 y 1997, ejerció como presidente de la Asociación de Bancos Privados de Ecuador. En relación con este cargo, fue investigado judicialmente acusado de haber favorecido a una entidad bancaria privada, pero se sobreseyeron los cargos en su contra.

Actualmente, preside fundaciones públicas y privadas de interés social, como la Fundación Barrio, iniciativa cimentada en la instalación de un punto de atención en negocios no bancarios, como pequeñas tiendas, para fomentar el acceso a los servicios financieros.

Cuando fue ministro de Economía de Mahuad, en 1999 se desató un escándalo financiero conocido como “feriado bancario”, que consistió en el cierre de las entidades bancarias del país y el congelamiento de casi 2.000 millones de dólares (1.900 millones de euros) de depósitos de ciudadanos, que afectó a miles de familias y que derivó en la dolarización de la economía ecuatoriana y en la peor crisis económica del país en las últimas décadas. Precisamente como consecuencia de esta crisis, millones de ecuatorianos emigraron masivamente, sobre todo a España y a Estados Unidos. Aunque la investigación que el presidente Correa promovió por esta crisis en 2007 determinó que Lasso no tuvo responsabilidad, este es un episodio oscuro que lastra la carrera y la imagen del político.

Tras la caída del Gobierno de Gutiérrez, creó una plataforma política y, en 2013, fundó el movimiento CREO (Creando Oportunidades), de centro derecha, integrado por políticos y empresarios
Apuesta por la reducción de impuestos y de la deuda pública para aumentar el empleo y la productividad. Admira la política desarrollada por el expresidente del Gobierno español José María Aznar en lo que respecta al crecimiento del sector privado, la austeridad fiscal y la privatización. Opta por una mayor apertura económica y comercial con Estados Unidos y con la Unión Europea. Y se ha declarado contrario a la dictadura castrista y al chavismo venezolano, que tanto parece agradar al presidente Correa.

Tras la caída del Gobierno de Gutiérrez, creó una plataforma política y, en 2013, fundó el movimiento CREO (Creando Oportunidades), de centro derecha, integrado por políticos y empresarios. Aunque anteriormente perdió las elecciones frente a Correa, Lasso se ha erigido como el líder de la oposición, defendiendo la libertad de expresión y la separación de poderes, dos elementos clave de la democracia que el Gobierno de Rafael Correa ha menoscabado de forma singular.

Sus promesas: crear un millón de puestos de trabajo eliminando los impuestos y fomentando acuerdos con otros países
El hecho de que Lasso haya podido llegar al sitio en el que se encuentra políticamente, en un país marcado por la persecución ideológica, tributa sin duda de su habilidad desarrollada como emprendedor para sortear dificultades de manera contundente, pero cuidando las formas hasta en sus últimos detalles. Así, se ha cuidado de no dirigir descalificaciones a sus opositores en la contienda electoral, conocedor de la especial susceptibilidad de la que adolece el actual Ejecutivo ecuatoriano.

Sus promesas estrella son crear un millón de puestos de trabajo, eliminando impuestos y fomentando los acuerdos comerciales con otros países, y “recuperar la democracia”

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ESCRITO POR YOLANDA VACCARO
Periodista y comunicadora. Corresponsal en Washington. Diario El Comercio de Perú. @yolandavaccaro

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