Yolanda Vaccaro entrevista a Mario Vargas Llosa

Artículo en El Comercio

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Yolanda Vaccaro entrevista a Mario Vargas Llosa en Santillana del Mar con motivo de la cita «Lecciones y Maestros»

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ENCUENTRO. MARIO VARGAS LLOSA
Nueva novela ambientada en el Congo
EL COMERCIO CONVERSÓ CON EL ESCRITOR EN LA SEGUNDA EDICIÓN DE «LECCIONES Y MAESTROS». HABLÓ DE SUS PROYECTOS TEATRALES Y DE SU PRÓXIMA OBRA
Por Yolanda Vaccaro. Corresponsal

MADRID. Mario Vargas Llosa fue uno de los autores que ofrecieron las claves de su literatura en la segunda edición de «Lecciones y maestros». Un encuentro organizado en Santillana del Mar (Cantabria) por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que reunió a unos 70 editores, críticos y periodistas especializados. El Comercio fue uno de los dos medios de comunicación latinoamericanos invitados. Junto con Vargas Llosa intervinieron Arturo Pérez-Reverte y Javier Marías. Vargas Llosa fue el más solicitado. El escritor habló de sus proyectos teatrales y de su oficio de escritor. Nos citó en su hotel en Santillana del Mar, un bello pueblito cerca de Santander. Vargas Llosa trató de seguir con su disciplinada rutina: para empezar cada día, se levanta muy temprano y eso le impidió trasnochar en las interminables y entretenidas sobremesas de «Lecciones y maestros».

El 2 de julio estrena en Madrid la interpretación de la versión que ha hecho de «Las mil y una noches» junto con la actriz española Aitana Sánchez Gijón. ¿Puede adelantarnos qué veremos en el escenario?
Como la que hice en Odiseo y Penélope de «La Odisea», esta es una adaptación minimalista para dos personajes en la que hay una combinación de teatro, lectura y la tradición de contar cuentos. Los dos personajes se transforman, se metamorfosean en los diferentes personajes que interpretan, que a ratos cuentan, a ratos interpretan y a ratos leen por fragmentos. Vamos a darla en Madrid, Sevilla y Tenerife. Estoy muy ilusionado y fascinado con esta nueva aventura, es una versión muy personal en la que utilizo como punto de partida varias historias de «Las mil y una noches», pero que las he trabajado para darle mayor unidad al espectáculo y las he recreado tomándome muchas libertades con el original.

En octubre viajará a la República Democrática del Congo para documentarse y escribir su nueva novela, basada en la vida de Roger Casement, quien denunció los abusos del rey belga Leopoldo II. ¿Nos puede adelantar las líneas de la novela?
Casement estuvo dos veces en la selva peruana e hizo un viaje en una época en la que era muy difícil viajar en la selva, hasta el Putumayo, donde estaban las principales chucherías. Tuvo una relación muy conflictiva con Arana, que era el gran cauchero, y las denuncias que él hace desencadenan la gran movilización en Estados Unidos y en toda Europa occidental contra los abusos de los caucheros. Su informe en cierta forma hace que quiebre la empresa Arana. Una de las leyendas que hay sobre la muerte de Roger Casement, que fue condenado y ejecutado, es que los diarios que lo comprometieron tanto fueron falsificados por los caucheros afectados. Lo que es muy fascinante en el personaje es que hay muchos aspectos de su vida sobre los que hay mucha ambigüedad, una gran controversia; no se sabe dónde termina el hecho histórico y dónde empieza el mito, la leyenda, eso le da al escritor un margen muy amplio para inventar.

Pero no será un relato histórico, sino una recreación, una abstracción, ¿verdad?
Sí, lo mismo que hice con «La guerra del fin del mundo», que está basada también en un hecho histórico, la Guerra de Canudos, o la novela sobre Trujillo («La fiesta del Chivo»), que también está basada en hechos históricos pero que es una versión muy libre, muy personal. Esa es mi idea sobre esta novela, que –creo– es la que más tiempo me va a tomar, porque está basada en el mundo que menos conozco, nunca he estado en el Congo, adonde iré en octubre. Lo que más conozco es la Amazonía, tampoco conozco mucho el mundo irlandés, me voy a ir a vivir unos seis meses a Irlanda a ver si me contamino un poco de la historia y la realidad irlandesa, la verdad es que me apasiona la idea.

¿Entonces sigue utilizando el método periodístico?
El periodismo ha sido una experiencia fundamental para mi trabajo de escritor. Gracias al periodismo he conocido gentes, ambientes, hechos que han sido una materia prima fundamental para las cosas que he escrito. Hay libros que no hubiera podido escribir nunca, como «Conversación en La Catedral», sin la experiencia del periodismo. Para mí la literatura comienza siempre por un trabajo de investigación, aunque no con la idea de una documentación estricta que se ajuste a los hechos históricos, no, creo que esa no es la función de la novela, que es un mundo de ficción. Pero el punto de partida es una experiencia que tiene que ver con la memoria, con lo vivido, y esa vivencia me la proporciona el periodismo. Me documento para familiarizarme con un ambiente, para sentirme menos inseguro, para conocer un poco el mundo que quiero inventar y porque esa documentación, ir a los lugares, leer sobre la época, conocer correspondencia o testimonios me van sugiriendo ideas, situaciones
Trata que la obra no chirríe con la realidad
Exactamente, que no sea una contradicción tan flagrante con la realidad que mate la credulidad del lector. Cuando escribo un artículo, un ensayo, es distinto, uno tiene la obligación de ser fiel a los hechos.

¿Sigue pensando que si tuviera que rescatar una sola de sus novelas de la hoguera sería «Conversación en La Catedral»?
Espero que no llegue esa situación, pero probablemente si llegara, sí, elegiría «Conversación en La Catedral». Es una novela que me costó muchísimo trabajo, me tomó tres años y creo que es una de las novelas más ambiciosas que he escrito porque abarca más cosas, más tiempos, pero también este es el caso de otras novelas como «La guerra del fin del mundo» o «La fiesta del Chivo» y espero que sea también de la nueva novela que, en principio, se llamaría «El sueño del celta», pero no es un título definitivo aún, es provisional.

Ha dicho que a través de la literatura quiere camuflar su propia identidad para vivir una vida mejor. ¿Habla de lo insatisfecho, la eterna utopía, la búsqueda de lo imposible que mencionó al presentar «La tentación de lo imposible»?
Todos los seres humanos viven una contradicción. Vivimos con limitaciones por múltiples razones, pero todos tenemos imaginación, deseos y esa capacidad que es lo típico del ser humano de salir mediante la fantasía de lo que somos, del mundo limitado en el que estamos, e imaginar otras vidas, otros destinos más ricos, más intensos, más duraderos. La literatura enriquece extraordinariamente la vida de las personas, las hace vivir más cosas y de manera más intensa.

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