Yolanda Vaccaro: Opinión en El Comercio. Lo que no le perdonan a Garzón

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Lo que no le perdonan a Garzón

Por: Yolanda Vaccaro Corresponsal en Madrid
Jueves 15 de Abril del 2010
En 1998 Augusto Pinochet fue detenido en Londres. Un juez español, Baltasar Garzón, investigaba los crímenes de las dictaduras argentina y chilena. Aplicó los principios de persecución universal de crímenes de lesa humanidad emanados de las Naciones Unidas basándose en que en Argentina y Chile no se estaba persiguiendo a los responsables de tales delitos. Tras las investigaciones de Garzón, en Argentina se abolieron las leyes de amnistía y centenares de ex amnistiados fueron enjuiciados. En Chile, el juez Juan Guzmán inició proceso contra Pinochet.

De todas formas algunas voces desde Latinoamérica criticaron a Garzón diciendo que por qué no investigaba la dictadura de su propio país, la franquista, con muchos más muertos en el armario que los de las dictaduras del Cono Sur. En el 2008 Garzón aceptó denuncias de familiares de víctimas de la represión de Franco por la desaparición de más de 100.000 personas. Al año siguiente grupos de extrema derecha lo querellaron, hasta que el Tribunal Supremo lo ha mandado al banquillo. Le achacan prevaricación por abrir un proceso sabiendo que los presuntos autores de los crímenes citados están muertos y que ha ignorado las leyes de 1977 que los amnistiaron. El argentino Luis Moreno Ocampo, fiscal de la Corte Penal Internacional, señala al respecto: “¿Cometer un delito por abrir una investigación? Eso suena muy raro”.

El juez Garzón siempre ha ocupado portadas. Perseguir a dictadores, terroristas y narcotraficantes le ha granjeado enemistades. El año pasado abrió investigación por una trama de corrupción del Partido Popular, el Caso Gürtel, lo que consolidó el encono que le profesa una parte de la clase política.

El fiscal general del Estado ha dicho que no ha cometido prevaricación. ¿Se puede procesar a un juez por querer desentrañar la verdad sobre los crímenes de una dictadura? Ese parece ser el punto. ¿Dónde está la prevaricación si España ha firmado convenios de derechos humanos que establecen que los crímenes de lesa humanidad no pueden ser objeto de amnistía y que la desaparición de personas es un crimen que se sigue cometiendo hasta que no aparezcan las víctimas? Juristas de todo el mundo apoyan a Garzón y recuerdan que el Comité de Derechos Humanos de la ONU solicitó en el 2008 a España la abolición de la ley de amnistía de 1977, así como “garantizar el carácter imprescriptible de los crímenes de lesa humanidad”.

Cuesta encontrar opiniones sólidas a favor del proceso contra Garzón, algo que medios tan poco sospechosos de ser izquierdistas como “The New York Times” consideran una injusticia. “Los verdaderos delitos son las desapariciones y no la investigación”, dice el diario estadounidense.

Parte de la derecha no perdona a Garzón haber logrado la detención de gente como Pinochet. Parte de sus colegas compatriotas tampoco le perdonan ser tan famoso y requerido.

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